viernes, 5 de noviembre de 2021

 

#LAS PEQUEÑAS ACCIONES … HACEN LA DIFERENCIA#

Lo que es común en las parejas, difiere de nuestra forma de pensar al tratar con otras personas.

Nuestros juicios, fuera de nuestras relaciones íntimas, son en su mayor parte más moderados y más sensatamente equilibrados. Cuando estamos muy comprometidos en una relación parece que nos deslizáramos hacia una manera más primitiva de pensar, la del todo nada.

El primer paso para que una relación de convivencia funciones es la comunicación, con sentido de colaboración.

Los cónyuges tienen que reconsiderar muchas ideas negativas, muy arraigadas. Observaciones tales como “Está tan absorta en sí misma, que nunca se preocupa de mis necesidades” o  “El siempre hace lo que quiere y nunca lo que yo quiero hacer”, representan a menudo, en parte, la propia orientación del hablante egocéntrico.

Esas ideas se vuelven absolutas y rígidas porque se conciben en función de términos opuestos: virtud y vicio, bondad y maldad.

Al fin de lograr un cambio efectivo los cónyuges deben ser capaces de especificar qué clases de acciones representan consideración, amabilidad y responsabilidad para ellos.

Lo que ayuda es el estímulo y las señales de aprecio. Si cada uno demuestra al otro cómo aprecia esas acciones, estarán más dispuestos a repetirlas por su propia cuenta.

“Es deseable y gratificante hacer esas cosas por mi pareja”

El ciclo reiterado de la acción constructiva, más el refuerzo, pueden neutralizar el egocentrismo que se opone a la consideración de las necesidades del otro.

Con estímulo y una comunicación clara, los cónyuges pueden ayudarse mutuamente a cambiar de marcha y unir sus propios intereses con los de su pareja.

Si las nuevas  pautas de conducta tienen éxito, empiezan a reemplazar a las egocéntricas.

Algunas de las acciones que indican interés y afecto son innumerables, entre ellas; interés, aceptación, comprensión, apoyo, sensibilidad…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

  Libro: “Falacias del amor” Autor: Roxana Kreimer     (4° parte) “Es el amor. (...) La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre e...