«Mi experiencia consciente es
aquello
a lo que yo decido atender.»
William James
La persona que eres, lo que
piensas, sientes y haces, las
cosas que amas, es la suma de
todo aquello a lo que prestas
atención.
El dominio de la propia atención
es condición indispensable
para vivir bien, y
también la clave para transformar casi
todos los aspectos de
la experiencia, desde el humor, hasta la
productividad, pasando por las relaciones.
Si te pararas a considerar los años que llevas vividos, observarías
que tanto las cosas a las que has atendido,
como aquellas
que has pasado por alto, han contribuido a crear tu experiencia.
Comprenderías que, del vasto abanico de imágenes y sonidos,
pensamientos y sentimientos en los que podrías haber reparado,
has escogido unos cuantos,
relativamente pocos, que se han
convertido en lo que llamas, con toda
confianza, «REALIDAD».
También te sorprendería advertir que,
de haberte fijado en otras
cosas, tu
vida y tu realidad serian muy distintas.
Las cosas a las que prestes atención de ahora en adelante forjarán
tu futuro y la persona en la
que te convertirás.
La vida está hecha de todo aquello que capta nuestra
atención... y de lo que no.
Si eres capaz de controlar dónde pones
la atención, experimentarás
equilibrio y orientarás tu
concentración en una dirección
positiva y
productiva.
«La
mejor arma contra el estrés es la
capacidad para centrarse en un
pensamiento y descartar otro.
Todo el mundo
sabe lo que es la
atención.
Es el acto de tomar posesión, por
parte de la mente, de forma clara y
vivida, de uno solo de entre
los que parecen varios posibles
objetos de pensamiento simultáneos.
Su esencia está
constituida por focalización, concentración
y conciencia.
La
atención, al ayudarte
a atender a algunas cosas y a dejar fuera
otras,
destila ese vasto universo para convertirlo
en TU UNIVERSO.
Atención significa dejar ciertas cosas para
tratar otras de forma eficaz.
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