“Los sentimientos condicionan el
enfoque”
La atención organiza
nuestras ideas y emociones para proporcionarnos una realidad interna posible,
sí, pero también limitada.
La interdependencia
absoluta entre pensamiento y emoción constituye uno de los descubrimientos más
importantes de la psicología contemporánea.
«En la vida, hay que priorizar unas
posibilidades por encima de otras, porque es imposible hacerlo todo.
Uno tiende a
optar por aquello que más valora.
Igual que la evolución nos
ha enseñado a hacer caso de los pensamientos y emociones negativos que nos
ayudan a sobrevivir, también atendemos a los positivos, que sirven al mismo fin,
aunque de modo distinto.
Si
el miedo y la tristeza previenen contra el peligro y la pérdida.
La alegría, la curiosidad
y
la satisfacción incitan a explorar el mundo.
La
pasión, por
su
parte, ejerce una fascinación intensa.
Algunos estudios recientes analizan las curiosas relaciones
entre la atención y los sentimientos agradables o dolorosos, y sugieren cómo explotar ese
vínculo para mejorar la calidad de vida.
Prestar
atención a las emociones positivas expande literalmente el mundo, mientras que
centrarse en las negativas lo reduce.
Las investigaciones sobre la relación de la atención con el afecto y
la cognición distinguen entre emociones positivas y negativas, pero
la vida suele ser más complicada de lo que sugieren las publicaciones
científicas, y ambos sentimientos no siempre se
disciernen con facilidad.
Por más feliz que sea
una vida, siempre va a tener algo de oscuridad.
La palabra
“felicidad” perdería sentido si no existiera la tristeza para equilibrarla».
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