Libro:
“Falacias del amor” Autor: Roxana Kreimer
“Es el amor. (...) La hermosa
máscara ha cambiado, pero como
siempre es la única”. (Jorge Luis Borges, El amenazado)
En Occidente ha prevalecido una concepción
irracional sobre el amor. Curiosamente éste fue uno de los aportes más significativos de los antiguos griegos -fundadores de la cultura
racionalista- a nuestras formas contemporáneas de entender el amor, y también
una de las tantas razones por las que se ha establecido un nexo tan estrecho entre amor
y sufrimiento.
A diferencia de los
hindúes, de los chinos o de los japoneses, los
griegos no entendieron al amor
como una virtud por ser cultivada sino como
una enfermedad, como una forma de locura que, aunque muy dulce, puede
destruir todo lo que una comunidad e incluso el mismo amante valoran.
El
amor no fue considerado un arte,
una práctica que se enseña, se aprende y se perfecciona, sino un mecanismo irracional, espontáneo, no intencional e inducido
desde el exterior, que deja al individuo, a merced de fuerzas completamente
externas a sí mismo.
Un refrán popular previene que “la
única ventaja de jugar con fuego es que uno puede aprender a no quemarse”.
Desde una perspectiva completamente irracionalista del amor, estaríamos
condenados a quemarnos una y otra vez.
La concepción hegemónica que hemos heredado de los griegos identifica al
amor con una forma particular y breve del amor que conocemos como enamoramiento, una exquisita
efervescencia con pronta fecha de vencimiento,
basada en la idealización y en la ausencia del ser amado.
Esta noción ha dado lugar
a una recurrente falacia en el discurso
amoroso, la de la ambigüedad que supone
el uso de la palabra amor con sentidos diversos a lo largo de un mismo razonamiento, por ejemplo cuando
se afirma que la pareja debe estar basada en el amor (en referencia a una
acepción amplia que conjuga la atracción sexual con el compañerismo y el apego
que se establece con el paso del tiempo), y que por tanto cuando uno de sus integrantes
no ama (en alusión a la efervescencia del enamoramiento), ya no tiene sentido
seguir juntos.
continuará….
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