…Vivir de un modo auténtico…
Las
mentiras más devastadoras para
nuestra autoestima, no son tanto las que decimos como las que vivimos. Vivimos en una mentira cuando
desfiguramos la realidad de nuestra experiencia o la verdad de nuestro ser.
Así, vivo una
mentira cuando finjo un amor que
no siento; simulo indiferencia; me
presento como más de lo que soy o menos de lo que soy; estoy irritado y lo
cierto es que tengo miedo; cuando aparento
indefensión y lo cierto es que soy un manipulador;
niego, oculto entusiasmo por la vida; reír cuando en realidad necesito
llorar; pasar un tiempo inútil con
gente que no me gusta; soy amable con todos menos con las personas que digo
amar; adherir falsamente a ciertas
creencias para gozar de aceptación;
fingir modestia, fingir arrogancia; permitir que mi silencio implique
asentimiento con respecto a convicciones que no comparto; digo que admiro a un
a clase de persona pero duermo siempre con otra.
La
buena autoestima exige coherencia lo cual significa que el
sí-mismo interior y el sí-mismo que se ofrece al mundo deben concordar.
Al vivir de
manera poco auténtica, siempre somos nuestra primera víctima, ya que, en
definitiva, el fraude va dirigido contra nosotros mismos.
La honestidad consiste en respetar la diferencia entre
lo real y lo irreal…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario